La seducción es siempre la del mal. O la del mundo. Es el artificio del mundo. Esta maldición ha permanecido a través de la moral y la filosofía, hoy a través del psicoanálisis y la “liberación del deseo”. Puede parecer paradójico que, proporcionado los valores del sexo, del mal y de la perversión, festejando hoy todo lo que ha sido maldito, su resurrección a menudo programada, la seducción, sin embargo, haya quedado en la sombra –donde incluso ha entrado definitivamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario