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Si consideramos la natural tendencia humana al encasillamiento,
a la sistematización cómoda y al reduccionismo inconsciente, y sentamos como
principio que «todo autor lo es de
una
sola obra», es evidente que en Alain Badiou hay unos temas recurrentes que
presiden todos sus trabajos e investigaciones. Y uno principal, aunque en ningún
sentido desconectado de los otros, respecto a la obra que nos ocupa: La ruptura
de la figura tradicional del vínculo, la desacralización de lo sagrado y
simbólico. Y éste tiene mucho que ver con otro, la Posibilidad de la filosofía
o, si se quiere, la posibilidad del pensamiento crítico, una vez que el sujeto
ha quedado libre, desarraigado, desafectado, sin identificación ni amo.