El juicio y la muerte de Sócrates
constituyen en conjunto un momento emblemático de la civilización occidental.
La imagen que tenemos de aquellos hechos (creada por sus seguidores inmediatos
y perpetuada a partir de entonces por un sinnúmero de obras de literatura y
arte) es la de un hombre noble condenado a muerte por un acceso de locura de la
antigua democracia ateniense. Se trata de un emblema, una imagen, no de una
realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario