El propósito del autor es analizar la relación que existe
entre el consumo de los objetos en la sociedad moderna con los principios de la
humanidad. Lo que pretende demostrar en este texto es que en las llamadas
sociedades de consumo los objetos ya no se producen, ante todo, para dar
satisfacción a las necesidades primordiales del hombre, ni tampoco a esas
necesidades secundarias, pero no menos reales, de la comodidad, el
esparcimiento, el lujo estético.
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